domingo, 19 de agosto de 2012

FRIDA KHALO

Frida Khalo (Coyoacán 6 de julio de 1907 - ibídem 13 de julio de 1954)  fue una pintora mexicana. Falleció a los 47 años de edad. Se casó con el célebre muralista mexicano Diego Rivera, su vida estuvo cruzada por el infortunio de una enfermedad infantil y por un grave accidente en su juventud que la mantuvo postrada durante largos periodos, llegando a sufrir hasta 32 operaciones quirúrgicas. 


Su obra pictórica gira temáticamente en torno a su biografía y a su propio sufrimiento. Pintó unas 200 obras, principalmente autorretratos, en los que proyectó sus dificultades por sobrevivir. La obra de Kahlo está influenciada por su esposo Diego Rivera con el que compartió su identificación por el arte popular mexicano de raíces indígenas que inspiró también a otros pintores mexicanos del periodo post-revolucionario. Fue descrita por André Breton como surrealista. Ella lo negó al considerar que no pintaba sueños sino su propia realidad.



Frida fue la tercera hija de Guillermo Khalo, un fotógrafo alemán y su segunda esposa Matilde Calderón, mexicana de ascendencia española. Sus dos hermanas mayores fueron Matilde y Adriana; después de ellas nació su único hermano que sobrevivió solo unos días. Su hermana menor Cristina fue su constante compañera y la única de las hermanas Khalo que dejó descendencia. Además, Frida tuvo tres hermanas mayores por parte del padre: Luisa, una segunda hermana fallecida en el nacimiento y Margarita.



La vida de Frida estuvo marcada desde muy temprana edad por el sufrimiento físico y la enfermedad. El primero de estos infortunios consistió en una poliomielitis que contrajo en 1913, dando inicio a una serie de sucesivas enfermedades, lesiones diversas, accidentes y operaciones. Esta primera enfermedad la obligó a permanecer nueve meses en cama y le dejó una secuela permanente: la pierna derecha mucho más delgada que la izquierda. Animada por su padre y como parte de su rehabilitación Frida practicó diversos deportes, algunos poco usuales en la sociedad mexicana de su época para una niña, como fútbol o boxeo.

Sin embargo, la evidente limitación motriz, así como los constantes tratamientos médicos y operaciones hicieron que Frida se desarrollara de modo diferente y con frecuencia se viera impedida de participar con otros niños. Varios de los cuadros que luego pintara en su vida adulta reflejan la temática de la soledad de su infancia. Un ejemplo que se cita con frecuencia es la obra de 1938Cuatro habitantes de Ciudad de México, un óleo sobre metal de 32,4 x 47,6 que muestra una pequeña niña sentada sobre una superficie en altura y ataviada con indumentaria de Tehuana. La niña parece abandonada y triste, chupándose el dedo con desolación. Otro cuadro de ese mismo año (Niña con máscara de muerte o Ella juega sola) que Frida pintó en dos versiones muestra a una pequeña niña de unos cuatro años de edad con una máscara de calavera. Si bien se trata aquí del Día de los Muertos, una celebración que en México tiene una carácter de fiesta popular, también se ha comentado el sentimiento de soledad que a pesar de ello transmite la pequeña de este cuadro, quien se supone que representa a la propia Frida.

Mientras la relación de Frida con su madre estuvo marcada por sentimientos ambivalentes de amor y odio, la relación con su padre siempre fue de mucho cariño y cercanía. Y se hizo aún más estrecha tras la enfermedad de poliomelitis de Frida, siendo principalmente el padre quien la acompañó en sus ejercicios y la guio en los programas de rehabilitación.


El 17 de septiembre de 1925 sufrió un grave accidente cuando el bus en que ella viajaba fue arrollado por un tranvía, quedando aplastado contra un muro y completamente destruido. Regresaba de la escuela a casa, junto a Alejandro Gómez Arias, su novio de entonces. Su columna vertebral quedó fracturada en tres partes, sufriendo además fracturas en dos costillas, en la clavícula y tres en el hueso púbico. Su pierna derecha se fracturó en once partes, su pie derecho se dislocó, su hombro izquierdo se descoyuntó y un pasamanos la atravesó desde la cadera izquierda hasta salir por la vagina. Al respecto, Frida comentaba que habría sido esta la forma brutal en la que había perdido su virginidad. La medicina de su tiempo la atormentó con múltiples operaciones quirúrgicas (por lo menos 32 a lo largo de su vida), corsés de yeso y de distintos tipos, como asimismo diversos mecanismos de "estiramiento".



Matrimonio con Diego Rivera (1929–1939).

Frida Kahlo con Diego Rivera en1932, fotografiados por Carl van Vechten.
Frida conoció a Diego Rivera a través de Tina Modotti. Anteriormente, en 1922, había tenido ocasión de observarlo, durante la realización de su primer mural en el Anfiteatro Simón Bolívar de la Escuela Nacional Preparatoria. En 1928 había encontrado nuevamente a Diego Rivera en algunas veladas y reuniones a las que asistía con Tina Modotti, pero no había platicado nunca directamente con él.

 Un día se animó a visitarlo espontáneamente, mientras trabajaba en una serie de murales para el edificio de la Secretaría de Educación Pública, con el objeto de mostrarle sus propios trabajos. Diego quedó impresionado con sus cuadros y la animó a seguir pintando. Desde entonces fue constante invitado a la casa de los Kahlo.

La artista contrajo matrimonio con Diego Rivera el 21 de agosto de 1929. Su relación consistió en amor, aventuras con otras personas, vínculo creativo, odio, un divorcio en 1939 y un segundo matrimonio un año después.

Al matrimonio lo llegaron a llamar la unión entre un elefante y una paloma, pues Diego era enorme y obeso mientras que ella era pequeña y delgada. Por otra parte, Frida, debido a sus lesiones, nunca llegó a tener hijos, cosa que tardó muchos años en aceptar.

En 1930, Frida estuvo embarazada por primera vez. Sin embargo, debido a la posición anómala del feto y a las secuelas del accidente de 1925 en la pelvis de Frida, el embarazo de tres meses debió ser interrumpido, según decidió el médico, Dr. Jesús Marín. Por aquel entonces, también otros médicos opinaron que probablemente Frida nunca podría tener hijos.

A pesar de las aventuras de Diego con otras mujeres (que llegaron a incluir a la propia hermana de la pintora ) y de las propias infidelidades de Frida la pareja lograba complementarse en muchos aspectos.

Mi nacimiento (1932)
El traje tradicional mexicano consistente en largos vestidos de colores y joyería exótica que vestía Frida fue una sugerencia de Diego y se convirtió, junto a su semblante cejijunto, en su imagen de marca. Él amaba su pintura y fue también su mayor admirador. Frida, por su parte, fue la mayor crítica de Diego.




Recuerdos (1937)                    Lo que vi en el agua (1938)




                                            La columna rota (1944)




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